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VIRGEN DE LA SALUD


El día 8 de Mayo las Siervas de María, Ministras de los Enfermos,  honramos a la Virgen María, bajo la advocación Salud de los Enfermos, nombre que recoge una hermosa realidad: 

Ella es Salud porque nos ofrece la salud, no sólo la corporal -si nos conviene- sino que nos ofrece la verdadera Salud, la Salvación: su propio Hijo.
Para dicha fiesta, en todas nuestras casas nos preparamos con una Novena, en la que invocamos a María como Mediadora e intercesora; María es la Corredentora porque "El divino Redentor quiere penetrar en el alma de todos los que sufren a través del corazón de su Madre Santísima..." (Salvifici Doloris, nº 26)

La Sierva de María reconoce a Cristo en el enfermo y se identifica con María, la Madre en perpetua contemplación de su Hijo, la Madre de la Soledad y de los Dolores de su Hijo, la MADRE DE LA SALUD.

Imagen de la Virgen de la Salud que se encuentra en la Casa Madre de las Siervas de María, en Madrid.
Virgen de la Salud - Siervas de María
En los inicios de la Congregación, al colocar la imagen de la Virgen de la Salud en la Capilla, dijo nuestra Fundadora, Sta. Mª Soledad Torres Acosta: "Madre mía, por encima de mil dificultades ocuparéis este trono en vuestra casa, que por tantos títulos os pertenece". "Ustedes, las que me sucedan, cuidarán ocupe el sitio en que es colocada". (Testimonio de Hermanas contemporáneas)
    
NOVENA A LA VIRGEN DE LA SALUD
Oh María, esperanza del Pueblo de Dios,
Madre nuestra y Salud de los Enfermos:
Acuérdate de la misericordiosa intercesión
que tu Hijo Jesús te ha concedido
ante su Corazón adorable
y del tesoro inagotable de consuelo
que El confió a tu Corazón de Madre
para todas las tristezas y angustias
de la familia humana y sufriente.
Por tu condición de Madre de Dios
y de Madre de la Iglesia,
nunca han sido desatendidos los que han acudido a Ti.
Nosotros también, animados de filial confianza,
nos dirigimos a Ti, para alcanzar de tu Hijo Jesús,
a través de tu amorosa mediación,
el don de la salud y la gracia de la Salvación
y nos comprometemos, ya desde ahora
a ofrecer nuestra vida, salud y fuerzas
para cumplir la voluntad del Padre
mientras esperamos la venida de su Reino.
 
TRES AVEMARÍAS
Oh, María, Salud de los Enfermos, ¡ruega por nosotros!


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