La Eucaristía es el máximo don que recibimos cada día los cristianos: Jesús hecho Pan de Vida que se ofrece en Alimento para ser parte de nuestro ser. Jesús entra en nuestra morada, que no es digna de recibir a tal Rey, por eso decimos antes de comulgar : "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra Tuya bastará para sanarme".
"Cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que El ya esperaba su llegada con los brazos abiertos... ¡Nos hace tanto bien volver a El cuando nos hemos perdido! (E.G. nº3).